En 2013 estaba trabajando para Ascaso en el marco de Expoespeciales en Corferias.En el 2do día de la. Feria se acercaron al stand 3 posibles clientes interesados en una máquina Espresso. Uno de ellos Johan Penna el catador y productor, sostenía que tenía un muy buen café y me preguntó si podría traer su café y prepararlo en nuestras máquinas. Pará lo sorpresa este café tenía una fragancia aromática y dulce muy diferente a todo lo que había probado en mi vida. La palabra clave fue Inza, esa era la proveniencia de ese café. Mi curiosidad fue tal que inmediatamente busque en la página de Taza de Excelencia si algún café ganador provenia de esa zona.
En el año 2006 Nefttali Fajardo quedó 3ro con un café puntuado sobre 90pts. Desde ahí supe que había descubierto algo mágico. Mi propuesta fue en ese entonces recibir 40 kilos de café a cambio de ir hasta allá instalar los equipos y dar 3 sesiones intensas de capacitación.Entonces 3 semanas después emprendí el viaje a este sitio que cada vez recorro sus paisajes me quita parte de la respiración.Para llegar hasta Inza el pueblo hay que pasar por el páramo. Al llegar la calidez de las personas de Asorcafé me conmovió.
Sentí un cercanía inmediata y algo me decía que estaba por conocer uno de los mejores cafés del mundo.Mi promesa había sido capacitar en barismo la generación emergente de caficultores. Nos dedicamos 3 días con dobles jornadas de 3 horas a calibrar y preparar bebidas a base de espresso.El domingo recibí una invitación a catar en el laboratorio y para mi sorpresa las 12 muestras eran muy interesantes y al probarlas quede totalmente sorprendido y un poco meditabundo. Acaba de probar mi café de favorito por su dulzor y su elegancia. Ahí supe que Inza poseía las condiciones para producir uno de los mejores cafés de Colombia.
Por la capacitación recibiria un bulto de 50 kilos y yo ya sabía que me llevaría una joya. En la tarde visitamos una finca y por primera vez vi las famosas camas africanas que hoy en día son tan relevantes para el secado de cafés especiales. El lunes comencé mi retorno a Cali con una sonrisa y totalmente convencido que este origen daría mucho de que hablar.